La noche del 14 de enero el equipo operativo de Proba-3de Agencia Espacial Europea (ESA), completó con éxito la separación de los dos satélites, el Coronógrafo y el Ocultador que conforman esta misión pionera.
Desde su lanzamiento el 5 de diciembre de 2024, ambos dispositivos estaban en una configuración apilada (pila): el satélite Occulter viajaba en modo pasajero, mientras se verificaba el funcionamiento nominal de todos los sistemas a bordo.
La delicada maniobra de separación supone entrar en una nueva fase de esta misión, en la que las dos naves operarán de forma independiente, y en la que el Ocultor controlará en solitario su propia actitud.
En esta etapa, yo Sistema de dinámica de vuelo (FDS), desarrollado por GMV y operado conjuntamente por Sener y GMV, adquiere nueva relevancia ya que es el instrumento que calcula las órbitas de los satélites y define las maniobras a realizar.
Tras separar los satélites, el equipo ubicado en el centro de la ESA Redu (Bélgica) Ahora se centra en recopilar los datos de telemetría necesarios para alimentar este instrumento y calcular las maniobras a realizar en operaciones posteriores.
Proba-3 es la primera misión espacial de la ESA que utiliza tecnología precisa de vuelo en formación. Su objetivo es demostrar la madurez de esta tecnología y, al mismo tiempo, utilizarla para realizar observaciones científicas de la corona solar, en condiciones nunca antes alcanzadas.
La precisa tecnología de vuelo en formación permitirá posicionar los dos satélites Proba-3 con una precisión de posición relativa de milímetros y una precisión de apuntamiento de milésimas de grado. Los satélites demostrarán la madurez de esta tecnología realizando en órbita una serie de operaciones típicas de vuelo en formación como el mantenimiento de estaciones a diferentes distancias relativas (de 25 metros a 250 metros); la aproximación y separación en formación precisa sin perder precisión milimétrica; reorientando la formación como un cuerpo rígido virtual lejos del Sol.
Esto demostrará que plataformas pequeñas, autónomas y fáciles de lanzar pueden reemplazar estructuras voluminosas, como los telescopios, y funcionar como una sola entidad al mismo tiempo que logran un alto rendimiento.
El Coronógrafo albergará el coronógrafo de la misión, un instrumento que apuntará directamente al Sol. El segundo satélite, Occulter, eclipsará al Sol colocándose entre la estrella y el Coronógrafo. Para ello utilizará un disco de aproximadamente 140 centímetros de diámetro y diversos equipos (óptica y láser) que le permitirán calcular la posición relativa y la actitud entre los dos satélites y posicionar ambos con extrema precisión.
Los dos satélites mantendrán de forma autónoma una alineación exacta de menos de un milímetro entre sí a una distancia de 150 metros, para generar hasta 1.000 horas de eclipses artificiales durante la vida de la misión.